Hay dos parábolas que marcan al tratarse de nuestra
amada Iglesia, la primera es la de “la
levadura que toma una mujer y la introduce en tres medidas de harina. Al final
toda la masa fermenta” Mt 13, 33 ésta es un palabra que marca por la
hermosa verdad que lleva consigo, al decir que introduce es como decir que entierra o esconde (como cuando habla del tesoro
escondido en Mt 13.44), la levadura que habla la palabra representa a la
semilla del Reino de Dios, esa semilla tiene que ser introducida, bien
enterrada y escondida por largo tiempo para que pueda dar fruto.
Como mensajeros de la paz de Cristo, a veces
nos desesperamos o indignamos porque nuestros amados hermanos no reconocen su
necesidad de Dios, porque a pesar de haber dejado el corazón en una enseñanza,
solamente se haya captado el mensaje ese momento pero en la práctica todo siga
siendo lo mismo, los mismos pecados, las mismas malas actitudes, la misma
ingratitud, la misma indiferencia con los demás hermanos, no es nada agradable
decirlo pero es real, y es aquí donde la palabra deja su buen sabor al decir
que esa semilla del Reino de Dios tiene que ser bien introducida, hasta el
fondo, con verdades completas no solo con “sentimentalismos”, nuestro amado
Dios nos llena el corazón de amor y también nuestra parte intelectual con su
sabiduría como está escrito en Sir 17, 6-13, nos dio las capacidades para
hacerlo, no es una tarea fácil es una tarea de perseverancia nuestra y fe en el
Señor Jesús. Muchas veces nos preguntamos ¿Por qué los templos de las sectas se
llenan tan rápido y tan masivamente? ¿Por qué los cantantes de algunas sectas
llenan coliseos enteros masivamente? La respuesta está en los llamados
anteriormente “sentimentalismos” muchos de nuestros amados hermanos creen que
Cristo es un sentimiento bonito, creen que es esa sensación que deja una canción
emotiva o un discurso romántico, pero es justo y necesario aclarar que Cristo no es un sentimiento, Él es la segunda persona de la Santísima Trinidad, es decir, Cristo
es vivir su palabra, es amar al enemigo, es buscar la santidad, es orar por los
demás, y así un infinito número de cosas, con esto quiero decir que hay muchas
verdades a medias que se han dicho por ahí en el nombre de Cristo, cuando
Cristo no es eso, El es “…el camino, la verdad y la vida…”
Jn 14,6. Es por eso que tenemos que seguir trabajando por ser y hacer Iglesia,
por llevar el mismo mensaje que dejo Jesús a sus apóstoles, ese mensaje de
verdadero amor, ese mansaje de perdón y de arrepentimiento, ese mensaje de vida
y de Eucaristía, pero ojo, hay que tener paciencia, saber esperar en Dios y
sobre todo no descuidarse en la oración diaria por nuestros hermanos
evangelizados y en el contacto permanente si es posible diario con ellos.
La segunda parábola
la dejo para una segunda publicación, puesto que ya me he alargado lo
suficiente.
Así que Animo
Misionero Mensajero de la Paz, estamos para ser luz en medio de la oscuridad,
estamos para llevar a Cristo en lo más alto con un testimonio cada vez más
impecable!
En camerinos
de la PUCE-Quito. Foto de: Eduardo García
Pd. Les dejo una hermosa canción de Azeneth González
una Misionera Cantante Católica de Monterey-México.
Gran reflexión!
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